Instalación de prueba para calles con temperatura controlada

Ya sean explosiones, surcos o agujeros por heladas, las condiciones climáticas extremas golpean nuestras carreteras con mucha fuerza. La gestión climática integrada en el asfalto podría ayudar en el futuro.

La durabilidad y seguridad de las autopistas sufren, entre otras cosas, el frío y el calor extremos. Para mitigar los efectos del clima, un sistema de gestión del clima integrado en la superficie de la carretera podría ayudar en el futuro. El Instituto Federal de Investigación de Carreteras (BASt) quiere probar esta tecnología en la práctica y está investigando varias posibilidades y efectos del control de la temperatura de la carretera en una instalación de prueba de 55 metros de largo cerca de Colonia. Las diferentes implementaciones se determinan en 5 campos de prueba. Actualmente se están terminando las obras de construcción. La planta permanecerá en funcionamiento durante tres años. 

En tres campos de prueba, se templan los tramos de carretera con capas intermedias de flujo continuo y dos con sistemas de tuberías. Entre otras cosas, se prueban diferentes espesores de capa y diferentes patrones de colocación. Los sensores incorporados deben medir los efectos, las cámaras termográficas monitorean las temperaturas de la superficie. El sistema permite controlar la temperatura de los campos de prueba por separado. En el futuro, se podrían desarrollar soluciones para controlar la temperatura de los tramos de carretera expuestos a partir de la configuración experimental. La ventaja: en invierno, se puede evitar la formación de hielo y daños por heladas, y en verano se puede evitar el calentamiento extremo del asfalto. Este último, a su vez, podría reducir la formación de surcos y aumentar la vida útil de los carriles.

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